domingo, 17 de febrero de 2013

Habas a la "recacha"

Receta transcrita por Conchi e historiada por Josele.
Foto cedida por Juanjo, de su propia versión.

Esta receta no es de la Madre, sino del Padre y su amigo Federico. Sólo la podemos recordar Conchi y yo porque fué en el año 1960 o 193 siendo Luis y Rafita muy pequeños.

Las madres de las familias Pérez-Padilla y Salinas se quedaron con los bebés en casa y los demás fuimos de excursión porque Federico tenía un negocio con unos jamones en el pueblo de Cáñar. Como entonces el ramal que va desde la GR421 (la carretera que va de Orgiva  a Capileira) estaba de tierra no se atrevía a subir con su coche y entonces fuimos con el Citroen 11 normal del padre, como en aquel coche cabía cualquier cosa fuimos detrás Kiko, Amador, Mariquilla, Concha y yo.

En la subida tuvimos que parar un par de veces para apartar piedras del camino. Una vez en el pueblo, mientras el Padre y Federico hablaban con los castrojas, dimos una vuelta por las calles. En este paseo fuimos seguidos por toda la chiquellería del lugar. Cosa bastante inquietante, pues, al final de la subida habíamos visto como estos "angelitos" descabalgaban, a pedradas, de su Vespa al cura, por llevar a una mujer en pantalones en el asiento de atrás.

Una vez terminada la negociación de los jamones, cargamos los embutidos y no sé si regresábamos a Granada o ibamos al cortijo de los Pérez-Padilla. La cuestión es que se hizo tarde y como el día era soleado, pero hacia un aire bastante frío, se buscó una recacha donde se procedió a la elaboración y degustación del mencionado plato.



Ingredientes


  • Habas (no recuerdo si eran fresca o de lata) 
  • Cebolleta
  • Longanizas
  • Morcillas


Procedimiento


1. Hacer una hoguera en una recacha del monte.

2. Poner una sartén de hierro de las antiguas de dos asas, rehogar la cebolleta picada en aceite, añadir las habas (en caso de que sean frescas ponerles más aceite de oliva), añadir las longanizas y las morcillas, cortadas en trocitos.

3. Dejar hacer despacito (bueno tampoco muy despacio pues en ese momento ya habrá mucha hambre).

Servir sobre platos de aluminio de los que llevábamos a los campamentos. Jamás habréis probado un manjar más delicioso.

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