Foto cedida por Conchi.
Como en cualquier buena familia española, cuando llegaba la cuaresma no podía faltar el potaje de vigilia. Recuerdo que cuando era pequeña no me gustaba nada, pero con los años me fui aficionando y conservo la tradición de hacerlo por esas fechas.
Ingredientes
- 300 g de Garbanzos o un bote de garbanzos cocidos de 500 g
- 300 g de Bacalao (puede ser seco o congelado)
- 1 Cebolla
- 500 g Espinacas
- 2 huevos duros
- 3 cucharadas de Aceite de oliva
- ½ cucharita de cominos molidos
- Sal
- 1 Hoja de laurel
Procedimiento
1. Si se usa bacalao salado, poner en agua dos días antes cambiando el agua cada 8 h. Yo uso bacalao congelado que está estupendo y sólo tengo que descongelarlo y lavarlo bien.
2. Poner los garbanzos a remojo la noche anterior (como en otras ocasiones he comentado, si el agua es dura mejor usar agua mineral).
3. A la mañana siguiente, en la olla a presión poner agua y cuando llegue a hervir, añadir los garbanzos, sal, laurel. Cerrar la olla y cocer hasta que los garbanzos estén tiernos (dependiendo de la olla 20-40 min).
Los puntos 2 y 3 se pueden sustituir por el bote de garbanzos.
4. En una sartén rehogar la cebolla en el aceite y cuando esté tierna añadir el bacalao desmenuzado en trocitos y con cuidado de quitar las espinas.
5. Añadir sobre los garbanzos cocidos que deben tener caldo, el sofrito, también añadir las espinacas lavadas, la cucharita de cominos y dejar cocer todo junto durante 10-15 min.
6. Finalmente, añadir los huevos duros cortados en cuadritos.
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